Experiencias de una profesora de EGB con sus alumnos
María Rosa Serdio
Profesora del Colegio
"Elena Sánchez Tamargo"
Pola de Laviana (Asturias)
Septiembre 2008
Algunas veces los profesores me preguntan, en las sesiones de trabajo de diferentes cursos de actualización que compartimos, qué libros gustan a mis alumnos y por qué.
Y no siempre es fácil responder con acierto porque la conexión entre libro y niño o entre escritor y lector es, cuando menos, cuestión de suerte y un asunto casi de magia.
Unas veces es cuestión de oportunidad, del momento en que se encuentra el libro; otras es la adecuación del tema tratado al estado emocional y evolutivo del que lee; en otras, la visita al centro y el contacto directo con la persona que escribe lo que aviva los deseos de leer todo lo que ésta ha producido; hay ocasiones en que un libro dejado al azar sobre una mesa obra milagros, hay temas de gusto general y otros que esperan siempre el momento de cada curso o ciclo par salir a la caza de lectores...y, luego, hay autores que no fallan.
Sí, sí pero ¿hay autores que sean capaces de cubrir la mayoría de esos aspectos?- preguntan como para ponerte a prueba.
Pues sí. Hay algunos que pueden, dada su variedad de registros, acomodarse a los deseos de un abanico grande de lectores y, entre ellos está Mercedes Neuschäfer-Carlón, autora a la que los niños entienden aunque algunos editores, alejados de los gustos reales del público infantil, no tengan del todo claro por qué y sigan poniendo pegas a la publicación de algunas de sus obras.
Es raro que, si un niño se lleva un libro suyo a casa, no venga pidiendo otro más. Es una de las autoras cuyas obras se recomiendan unos lectores a otros. Sus libros siguen itinerarios casi secretos y, de mano en mano, van pasando hasta que alguno, que lleva cierta ventaja como lector de sus obras, me pregunta si no hay más de Mercedes.
Entonces yo suelo leer “Mefi, Sata y Monio” a toda la clase. De ahí suele arrancar la segunda fiebre Neuschäfer, que es el virus más contagioso que puede atacar a un lector.
Ellos me dicen que les gusta leerla porque tiene algo que otros no poseen. Entonces les pregunto y algunas de sus respuestas son éstas. Enumero:
- Tiene aventura pero interesante.
- Trata temas de verdad, sin tonterías.
- Habla de niños como nosotros.
- Cuenta aventuras posibles en nuestra vida.
- Es una lectura con buen vocabulario.
- Nos habla de otras partes del mundo.
- No se extiende donde no es necesario.
- Siempre esperas que el libro te dure más.
- Lo que escribe te dura mucho rondando por la cabeza.
- Quieres que haya segunda parte.
- Las aventuras que cuenta podría vivirlas yo mismo.
- No te aburre con tonterías para que el libro sea gordo.
- Va al grano, con un poco de emoción de paso.
- ...
Así podríamos seguir un rato largo porque ellos saben lo que quieren y en los libros de M. Neuschäfer lo encuentran siempre.
Como profesora encuentro que sus libros son un acicate para la conversación, para establecer diálogos entre los alumnos y sus maestros referidos a su variedad enorme de propuestas e intereses.
Tienen una diversidad temática y social que interesa que el pequeño lector conozca dado que el mundo actual es un mosaico de posibilidades en el que la autora se desenvuelve a sus anchas, haciendo ver a los lectores las otras caras de la realidad.
La autora conoce a niños de muy diferente clase social, procedencia geográfica, edades distintas y por tanto de mentalidades variadas y se adapta de forma precisa a su psicología, a su forma de comprender lo que cuenta, avanzando algunos problemas nuevos en los que los adultos o sus compañeros de lecturas más avispados van a ir respondiendo.
El tratamiento de los temas es verdadero, no es una excusa para hablar de tal o cual hecho actual y, de paso, escribir en una obra de calidad media aceptada comercialmente. Mercedes no escribe de pasada o para presentarse al premio de turno. Por suerte, escribe para que los niños la entiendan y quieran comprender mejor los mundos por los que ella les va guiando.
No encontrar fácilmente todos sus libros resulta un acicate más para desear leerlo. ¡Bien se sabe cuánto apetece lo que no se tiene! Y ese mismo deseo ya indica que, entre sus lectores y ella, siempre se establece un puente de sentimientos y una complicidad con la que sólo cuentan algunos de los que escriben para ese difícil y exigente público.
Los libros de Mercedes tienen verdad y misterio a partes iguales, fábula y sentimientos, intriga y amistad, pandilla e individuo, solidaridad y crítica social, calle y propio pensamiento para que el lector no se sienta, al salir del libro, ajeno a la realidad presente sino inmerso en el mundo que le toca, al que mirará con ojos más sabios porque algunos libros, muy bien escritos, se le han ofrecido, como guía posible, para ser su propia brújula.
Cada vez que el apartado de Libros de Mercedes se queda vacío y alguno de ellos me pregunta si no hay alguno más, siempre les recomiendo que relean, que relean sus libros hasta que descubran en ellos el toque de la emoción, ese detalle que los hace ser de los más buscados de nuestra biblioteca. Y aún en la relectura, la aventura continúa porque son libros que, a cada nueva visita, ofrecen más riqueza al lector.
Por eso los libros de esta autora nos son indispensables en la Biblioteca sobre todo para abrir puertas, para encaminar a nuevos lectores, para ser el pasaporte necesario al gran mundo de la lectura.
María Rosa Serdio
Profesora del Colegio “Elena Sánchez Tamargo”
Pola de Laviana (Asturias) Septiembre 2008
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